En la Posada de Peñarrubia no queremos que se pierdan las tradiciones, por eso elaboramos nuestros propios embutidos con las recetas de nuestros antepasados, tal y como nos enseñaron nuestras abuelas.
La evolución de los medios y de los productos, nos lo ponen mucho más fácil. Esto no significa que dejemos de lado la calidad de la materia prima, las mismas tasas, los mismos métodos y, sobre todo, el cariño que hay que ponerle a las todas las elaboraciones, mucho más a las tradicionales.
Queremos que nuestros clientes degusten nuestras costumbres y, con cada bocado, puedan regresar a los recuerdos de su infancia, cuando comían morcillas, asadas en la lumbre, casa de su abuela.
Cómo hacemos nuestras morcillas para que sean diferentes:
En primer lugar, hacemos los preparativos a mano: Pelamos la cebolla a mano, poniéndola a cocer en nuestro caldero, hasta que coja punto justo de cocción óptimo. Mientras cuece la cebolla, vamos lavando las tripas de cerdo, cocemos un poco de arroz (muy poco), molemos la manteca de cerdo y el pan duro (de horno de leña) que hemos dejado previamente hasta conseguir la consistencia adecuada.Al terminar la cocción, los sacos con la cebolla se dejan escurrir, poniéndole peso encima, hasta conseguir que suelte toda el agua.
El segundo día, cocida y escurrida la cebolla, la molemos para hacer la masa. Añadimos ese poquito de arroz que cocimos (quedarán más melosas), la manteca molida, pimienta, una pizca de canela y de clavo; y, como no, la sangre de cerdo.Amasada toda la mezcla, quedará en condiciones de embutir en la tripa de cerdo. Con mucho mimo, sin que se nos rompa la tripa, la iremos atando en partes del tamaño que más nos guste (unos 10 cm).Cuando tengamos una cantidad suficiente las ponemos a cocer a fuego lento. Las apartamos cuando se vean “llorosas” y las colgamos hasta conseguir que se queden en su punto justo de secado.
La mayoría de estas pasarán a la orza, una vez fritas en aceite de oliva. Otras las dejamos en masa suelta. Tampoco perdemos la ocasión de dejar algunas para echarlas a la brasa. La masa que dejamos sin embutir, la freímos con nuestro aceite de oliva ecológico y la usamos en cazuelas de morcilla frita, o bien para hacer nuestros exclusivos y exquisitos crujientes de morcilla con fruta caramelizada.
¡¡¡ A disfrutar de nuestra comida y nuestras tradiciones en la Posada de Peñarrubia !!!